miércoles, 11 de septiembre de 2013

“ÉRASE UNA VEZ ENNIO MORRICONE EN EL OESTE”

“ÉRASE UNA VEZ ENNIO MORRICONE EN EL OESTE”
Por: Jeiner Silva Villegas

“C’era una volta il West”(Italia), “Once Upon a time in the West” (EE.UU), “Hasta que llegó su hora”(España) y “Érase una vez en el Oeste”(Hispanoamérica) es una de esas películas a las que no me canso de verlas. Una y otra vez.  Y cada vez la disfruto más. La primera impresión que te causa una película es lo que cuenta; sin embargo, cuánto más la ves, más la disfrutas. Esta es una de ellas. La primera vez que la vi me impresionó muchísimo y aún la sigo viendo. Y estoy seguro de que no soy el único. A sus 45 años hasta la fecha, esta película sigue causando sensaciones en público cinéfilo. ¿Por qué? Pues


, por su estructura narrativa extravagante con unos increíbles flash backs, por el dominio técnico que a Sergio Leone se le daba muy bien, con unas tomas increíbles de movimientos de cámara y unos sublimes “close ups” o “primeros planos”. Pero, sobre todo, por su banda sonora que, compuesta y conducida nada más y nada menos que por el maestro Ennio Morricone, enaltece a este film inmortal. Hablar sobre “Érase una vez en el Oeste” en un solo artículo sería un pecado. Por esa razón, hoy me limitaré a hablar sobre su banda sonora donde el protagonista en este desierto del viejo oeste será el Sr. Morricone.
Ennio Morricone es un Compositor, director de orquesta y trompetista. nació en Roma, Italia, el 10 de noviembre de 1928, dos meses antes que su amigo de la infancia, Sergio Leone, quien nació también en Roma el 3 de enero de 1929. Ambos siguieron su carrera por separado: uno en los conservatorios y otro de ayudante de dirección, entre otras cosas. Sin embargo, se reencuentran en 1964 para hacer su primera gran película: “Por un puñado de dólares” (Per un pugno di dollari, 1964) que marcaría el trabajo en conjunto en los siguientes films de Leone. Tras trabajar juntos en la trilogía de los dólares (“Por un puñado de dólares” (Per un pugno di dollari, 1964), “La muerte tenía un precio” (Per qualche dollaro in più, 1965) y “El bueno, el feo y el malo” (Il buono, il brutto, il cattivo, 1966), se embarcan en un nuevo proyecto: “Érase una vez en el Oeste”( C’era una volta il West, 1968). Leone como director y nuestro protagonista como encargado de la banda sonora.

EL SONIDO EN EL CINE

El sonido (en él, la música) es, como ya lo he dicho anteriormente,  uno de los tres  elemento más importante de una película o de cualquier obra audiovisual: GUIÓN, IMAGEN Y SONIDO. Uno no es más importante que el otro. A la hora de disfrutar y de hacer una película, los tres elementos están en el mismo nivel. El cine no solamente es imagen bonita, actores guapos y de renombre, guion muy bien estructurado, etc. Es también una obra sonora. Y hay muchos directores que el sonido en el cine lo tienen desacreditado. Lo más importante para ellos es cuidar la imagen o contar una historia verdaderamente llamativa. El elemento sonoro lo tienen en segundo nivel. Hay incluso directores de cine que solamente se dedican a poner canciones en su cine. Por lo menos lo harían a lo Tarantino, sería otra cosa. Una obra así parece un videoclip musical. Y de esto tienen mucho los cortometrajes.
Sin embargo, y ahora arranca lo bueno, Sergio Leone trabaja de un modo distinto el sonido en su cine. Para él, el sonido es imprescindible. Tanto el sonido directo, los diálogos, los efectos sonoros y la banda sonora. Nada más al empezar la película, cuando los hombres de Frank (Henry Fonda),  disfrazados con los abrigos de los hombres de Cheyenne (Jason Robards), esperan, matando el tiempo, al tren donde vendrá Armónica (Charles Bronson) podemos escuchar los sonidos directos alterados: el portazo frente al rostro del esposo de la india, el sonido del pájaro, el sonido “estresante” del mollino de viento, el telégrafo, etc.  Y en la siguente escena cuando vemos la vida de la familia McBain antes de ser asesinada  podemos observar y apreciar también el trabajo de Sergio Leone – de la mano de sus técnicos, por supuesto – de cómo quería  darle el rol protagonista al sonido. En esta escena estamos viendo una familia en medio del desierto con el sonido típico de los pájaros y las chicharras (efecto sonoro). Sin embargo, y esto es genial, los personajes dejan sus quehaceres y parece que pasó algo por lo que se ponen atentos. Es entonces cuando el sonido de las chicharras también se detiene. ¿Por qué?. Si a simple vista es un sonido natural. ¿Por qué para?. Luego, y esto también es importante en el cine de Leone, las chicharras nuevamente empiezan a hacer lo suyo, y esto es un anticipo a la reacción, segundos después, de los McBain que no ha pasado nada o que van a ser asesinados. Esto es un Claro ejemplo de como para Sergio el sonido toma un gran protagonismo en la historia, hasta tal punto que, de alguna manera, el sonido guía a los personajes de la historia para que el público pueda introducirse en el interior de la historia y del personaje.
La música como tal también cobra un claro protagonismo en esta obra maestra de Leone. A diferencia de Sergio, la mayoría de directores tienen a la música como  un simple acompañamiento de imágenes sin diálogo. Sin embargo, juntos, Leone y Moricone, introducen la música como elemento interno del filme. Y eso que Leone, según el propio Moricone, no tiene oído para música. Cosa que les convierte en el dúo perfecto. Según Moricone en cierta entrevista, escrito por Juan Francisco Álvarez en su artículo “ENNIO MORRICONE Y SERGIO LEONE” dice: “Sergio no sólo era desentonado, sino que ni siquiera era capaz de cantar una melodía de manera, por así decir, desafinada. Por eso mismo me parece extraordinaria la inspiración musical de su cine y la intensidad de nuestra relación creativa y me produce además, una cierta ternura: cuando quería indicar un tema mío, se limitaba a decirme: ése que hace tititi, canturreando muy vagamente. Toda mi música podía resolverse para él en un titití, y para mí era siempre una empresa fatigosa identificar a qué tema se refería exactamente.”
La banda sonora entonces, tan importante para Leone y muy bien conducida por Morricone, no solamente acompaña a escenarios y personajes, también los describe y los caracteriza. Así tenemos, por ejemplo, a Charles Bronson en el la primera escena y la música que lo caracteriza y lo caracterizará en sus siguientes apariciones es “Man with the harmónica”. Otro tema de Ennio llamado “bad orchestra” caracteriza a Jill McBain (Claudia Cardinale). Otra de las presentaciones impresionantes de la música en el trabajo de Ennio y Leone es cuando sale el niño McBain de la casa y se para justo al frente de la cámara en primer plano. Es como un tráveling de acercamiento pero de él hacia la cámara. Es ahí cuando suena esa magnífica música llamada “like a judgement “ con una guitarra y una trompeta. Esta música dará vida al personaje de Henry Fonda y también representará la venganza de Charles Bronson. Finalmente tenemos el tema de “Farewell to Cheyenne” que al principio nos sorprende con la entrada de  Jason Robards al bar de New Orleans en medio del desierto y que le servirá a este para futuras apariciones.

RELACIÓN ENTRE DIRECTOR Y EL ENCARGADO DE LA BANDA SONORA

La relación entre el director de la película y el director de sonido y, quizá, por separado con el compositor, debe ser tan cercana con la relación del director de cine con su director de fotografía o con su guionista. La relación entre Leone y Morricone era muy cercana. Ellos se tenían mucha confianza. A tal punto que Leone hizo que la banda sonora se compusiera antes de la propia película. No obstante, la banda sonora está milimetrada y empalmada a cada imagen dando así el efecto que me parece muy importante en el cine: la música soldada a la imagen a tal punto que parezcan uno solo, marido y mujer. “Tal música no funcionaría si estuviera con otra imagen”. Ennio lo sabía y así lo hacía. Respecto a esto, Juan Francisco Álvarez en el mismo artículo ya mencionado anteriormente nos dice: “Sin duda… Morricone, quien desde entonces elabora unos temas segmentados que permiten así ser recortados o empalmados en función de la duración de las escenas y que encajan con tal precisión milimétrica que también le han valido a Morricone el apodo de “el hombre de la sincronización y el cronómetro”. En las sesiones de grabación Morricone cuida hasta la décima de segundo sus temas y su exigencia es tal que provoca las iras de los instrumentistas al verse obligados más de una vez a repetir los temas hasta cuadrarlos con las imágenes”.
 Esta forma de trabajar de “el hombre de la sincronización y el cronómetro”  se nota claramente en la escena de la matanza a los McBain: Cuando estamos frente al rostro angelical del niño McBain y su rostro queda aplastado con la gran “nota” de la música caracterizadora de Fonda, esta  sube mientras Fonda y sus hombres se acercan al niño que se aferra a una botella como su única salvación. En la siguente escena nos encontraremos también con la máxima expresión artística tanto de Leone como de Morricone. Claudia Cardinale baja del tren y se escucha su tema, leve al principio, pero va aumentando mientras la cámara se eleva por el tejado de una casa y nos muestra el próspero pueblo en construcción llamado Flagstone.
La escena cumbre es, sin duda, el duelo final entre Charles Bronson y Henry Fonda. Un duelo que empieza con las notas musicales de Henry Fonda presentándolo a su posición de duelo y luego se escucha la armónica mientras aún estamos viendo el rostro de Bronson. Nuevamente aquí la música anticipa la acción. La música describe lo que Fonda le hizo a Bronson y se revela el misterio de la armónica. Aquí hay un tema importante de la acoplo de la imagen al ritmo de la música o al revés. Podemos verlo claramente cuando Fonda se saca el abrigo y lo deja caer en el suelo. El abrigo cae justo cuando una nota suena. Eso es magnífico. Quentin Tarantino también hace referencia a esta escena en su última película: “Django” cuando sacan a Kerry Washington del hoyo donde la tenían.
En fin. El cine sin la música adecuada y organizada artísticamente no es cine.

INSTRUMENTOS MÁS COMUNES DE ENNIO MORRICONE

Trompeta solista, silbido, guitarra eléctrica, armónica, voz femenina, las castañuelas, la ocarina, campanas

DATO: Morricone ha recibido dos premios Grammy, dos Globos de Oro, cinco BAFTA, siete David de Donatello, ocho Nastro d'argento y el Premio de Música Polar en 2010, considerado este último como el Nobel de la música. En 2007, recibió el Óscar honorífico"por sus magníficas y polifacéticas contribuciones en el arte de la música de cine", además de ser nominado al Óscar cinco veces en la categoría de Mejor banda sonora original. A lo largo de su carrera, Morricone ha vendido más de 70 millones de discos.
Lo bueno: La secuencia musical de la presentación de Claudia Cardinale
Lo malo: el exceso de sonido desesperante del molino de viento, las chicharras y la armónica.



BIBLIOGRAFÍA:
-  ENNIO MORRICONE Y SERGIO LEONE
escrito por Juan Francisco Álvarez

-      - Trilogía del Dólar: Sergio Leone y Ennio Morricone encumbrando al western. Publicado por La Katana De Hanzo en 15:08
-   - http://yobailopogo.blogspot.com/2013/08/la-trilogia-del-dolar-de-sergio-leone.html

Escucha la banda sonora de la película "Erase una vez en el oeste" compuesta por Ennio Morricone



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